viernes, noviembre 10, 2006

Copiar-Pegar

Parece que desde que nos descubrieron nos hemos especializado en el “copiar-pegar”. Primero, nos trajeron la lengua española y todas las demás extrañas costumbres del otro lado del Atlántico. De paso, nos importaron algunas enfermedades y se robaron todo el oro que pudieron (todo por el mismo precio). Pero aquí estamos, anhelando ser “de otro lado”, tener apellido extranjero, hablar otros idiomas y huir de este país que nos queda chico.

Vivimos en la cultura del “copiar-pegar”. Pero, ¿de qué sirve copiar costumbres y creencias que no nos pertenecen? No sabemos de dónde viene todo lo que traemos desde fuera, pero igual lo hacemos parte de nuestra identidad. Por ejemplo, ¿qué hacen los niños pidiendo dulces el 31 de octubre a las 12 de la noche? A esa hora todo niño decente debería estar durmiendo, decía mi abuela. Y el pobre Viejo Pascuero… ¿es que nadie es capaz de adaptarle el traje a nuestra navidad veraniega? Eso sí que es inhumano.

La mitad de las cosas que adaptamos a nuestra cultura no tienen patas ni cabeza para nosotros, pero ahí están. Y las hacemos perdurar como si fueran nuestras. Nadie le enseña a los niños mapudungún en el colegio o a bailar cueca sin odiarla. Pero todos sabemos que el 4 de julio es el día de la independencia de EE.UU. (¡Cómo no! Si hasta hay una película que se llama así. Son secos estos gringos, así nadie se olvida) y nos enseñan religiosamente inglés desde el kinder.

¿Y para dónde vamos?

¿Para dónde va Chile? Nadie sabe. Con tanto tratado de libre comercio, con estos de ser los “ingleses de América”, ya nadie sabe qué nos depara el destino. Los ingleses de América... suena mejor que “Los Pumas”, porque ese es el nombre de un equipo de fútbol mejicano ¡y los mejicanos son tan ordinarios! Los ingleses son otra cosa, tienen clase, hablan otro idioma y tienen reina ¡Figúrate! Acá teníamos Toqui, que chulo, como el Colo-Colo, el equipo popular. Los Ingleses tienen al Beckham y la Lady-Di, otra cosa.

Al final no importa si eres Subercaseaux o Edwards. Si dice chileno en el pasaporte, estás frito. Aunque tengas doble nacionalidad, si tu abuelo se fue de Italia fue porque estaba arrancando o era pobre, no eres italiano puro, no vale. Se joden todas tus aspiraciones de chileno promedio que lucha con todas sus fuerzas contra esta nacionalidad de medio pelo.

¿Qué tiene de malo ser chileno? Tomamos vino del bueno y tenemos bellos paisajes en el sur. Cuando finalmente nos damos cuenta de que somos chilenos y no hay mucho más que hacer al respecto, entonces la vida se pone más fácil. Nos damos cuenta que no hay que demostrarle nada a nadie y tanta aspiración con vistas a la extranjerización, se ve ridícula ¿A quién queremos engañar? González o Mackena, igual no más que bailamos regaetón en las fiestas, nos sabemos una que otra ranchera y ponemos los codos en la mesa.

Nadie se escapa a la regla.

3 comentarios:

'''''' dijo...

¿Ingleses de América? Me parece que está bien con ser los chilenos de América. Diablos, en toda Latinoamérica se padece la misma idiotez.
Muy bueno el post, lástima que escribes muy de cuando en cuando (yo lo hago también, pero tú exageras).

Nati dijo...

hola pirinola.

alejandro dijo...

si... es triste... pero nosotros tenemos la culpa de ello no? nadie nos obliga a aceptar la imposición de esas costumbres y sin embargo las aceptamos. Recien leí un libro muy bueno que habla al respecto. Es de Eduardo Galeano y se llama Las venas abiertas de América Latina. En el se explica a detalle la verdadera historia de Latinoamérica y la forma en que sus riquezas naturales fueron explotadas sucesivamente por España y Portugal, en los siglos de la colonia, por Inglaterra después en el siglo XIX, y por los Estados Unidos en el siglo XX. Y como la riqueza de las tierras americanas ha sido la ruina de los latinoamericanos y el impulso de los europeos.